Nací en Madrid en 1974. De mi infancia recuerdo los veranos calurosos y un pinar con olor a mar. De mi madre he heredado entre otras muchas cosas, las ganas de actividad y de mi padre, otras tantas y la capacidad comunicativa. Provengo de una familia de muchos contrastes y de parejas enamoradas. De mis hermanos comparto la elección de nuestros padres y mucha emotividad.
Me apasiona aprender, mis tres hijos, la cocina y la psicoterapia. Llevo casi veinte años en una compañía de cielo y aviones donde desarrollo mi vocación de psicóloga junto con la consulta. Escucho historias de vida y emoción y acompaño en el camino de una vida más consciente. Mi profesión me aporta satisfacción, desarrollo personal y mucho amor hacia mí misma y hacia los demás.
Soy una mujer de ilusiones y me encantan los ojos sonrientes, esa expresión que sale del corazón y que desborda en los iris chispeantes.
Tranquila, soñadora y en búsqueda constante de la verdad del corazón y la armonía interior. Me siento privilegiada de formar parte de la vida y de la historia familiar de mis hijos.
Satisfecha de haber reconocido mis errores, estoy agradecida de haber aprendido de ellos.
Me gusta en mi tiempo libre compartir experiencias con mis hijos y mi pareja. Leo, pinto, bailo, cocino, canto, germino, camino, corro… Siempre aprendo cosas nuevas de la tierra y de la respiración. Me gusta pasear por el campo, visualizar paisajes y colorearlos, subir a montañas y emocionarme en lo alto.
Me enamoran las personas que abren su alma y admiro la espontaneidad de los niños.
Me encantan las verduras y los fermentos picantes, mi canción se titula «Aquellas pequeñas cosas», mi oración: «yo soy yo y tú eres tú…» y mi espacio está en una casa bonita tras una pradera con mar.
Sé que he venido a aprender en esta vida sobre el amor y mi misión es ayudar a los demás, compartiendo mi estado de serenidad.
Todo lo que ocurre depende de mis acciones, y pongo conciencia en trasmitir mis enormes ganas de vivir y el contacto con la tierra.
